[Podéis escuchar el podcast de Canal Extremadura Radio correspondiente a este tema]
En esta ocasión proponemos curiosear un poco sobre un tema que nos puede servir para tratar diversos aspectos del mundo del cómic e, incluso, ir más allá de él para comentar cuestiones relevantes sobre el mercado cultural y otros aspectos de nuestra sociedad actual, especialmente en lo referente al consumo.
El precio de las cosas es algo que, como es obvio, interesa especialmente cuando nos movemos en un contexto de crisis como el actual (¿un contexto estructural o temporal? Parece claro que lo primero, ¿no? Colapso energético cercano, cambio climático en marcha, superpoblación…) y, como cabe suponer, el precio de los libros en general y el de los cómics en particular se ha visto afectado por los problemas económicos generales (precio de la energía, problemas de suministros de materias primas y transportes, pandemia,…) pero también por cuestiones particulares que han afectado al precio y disponibilidad del papel, por la tendencia a que se editen cómics en formatos más costosos (más tapa dura, más páginas por tomo, más ediciones limitadas…–> ver gráficos al final) o, simplemente, porque se hacen tiradas más cortas (porque se venden menos) y el trabajo de imprenta es lógicamente más caro que en otros tipos de publicaciones .
El mercado editorial cambia según hablemos de unos países u otros, unas épocas u otras o, incluso, entre las grandes editoriales (para las que a veces los cómics son solo una parte menor de su negocio) y los pequeños sellos que con poco personal han de desarrollar todas las tareas que exige la publicación de tebeos. No obstante, y aunque podamos suponer que no todos los autores cobran lo mismo, que los beneficios dependen de varios factores (por ej. las tiradas que se imprimen y que se pueden vender) y que los márgenes que se lleva cada agente del negocio pueden variar, es una tónica general que las cifras aproximadas del reparto del PVP de una publicación suele ser aproximadamente las siguientes: el autor (que a menudo es más de uno; el dibujante suele cobrar más que el guionista; los traductores cobran muy poco como sabemos y apenas se les reconoce…) recibe aprox. un 10 % de lo que acaba pagando el comprador, lo que incluye a veces un adelanto sobre las posibles ventas pero no siempre, la editorial se queda con un 30 % de ese precio (ahí está incluido el coste de imprenta), la distribuidora se lleva un 30 % (ahí está incluido el transporte) y finalmente el 30 % restante es para las librerías. Habría muchas cuestiones que matizar y muchas cifras que pueden variar pero lo que suele ser una constante es la escasa retribución que reciben los autores, los que crean y realizan el trabajo más laborioso, creativo y menos automatizable, sin ánimo de minusvalorar tareas como la del editor (importante a veces hasta en el proceso creativo).
En España el precio del libro está protegido y solo se pueden hacer descuentos del 5 % (salvo el Día del Libro y el de la Librerías, en los que se permite hacer un 10 %), por tanto el PVP va a ser prácticamente el mismo en cualquier sitio. Teniendo esto en cuenta, y si dejamos al lado los cómics de segunda mano y los descatalogados (de los que ya hablamos AQUÍ), lo mejor es escoger bien nuestras compras y apoyar aquellas iniciativas que nos permiten ahorrar a todxs y, de paso, contribuir a un mercado más justo y beneficioso para todxs. Aquí van algunas ideas:
– Comprar en librerías es la primera opción a defender. Primero, si se puede, dar ese beneficio en la medida de lo posible a las de nuestra localidad de residencia, dado que vivimos en la España vaciada es preferible dejar parte del negocio aquí ¿o no?. Pero en cualquier caso compremos siempre en librerías, aunque sea cuando compremos online, porque si compramos a almacenes tipo Amazon los puestos de trabajo que intervienen son apenas un 10 % de los que se generan al comprar en negocios tradicionales ¡y sin que nos ahorremos nada en este caso!
– Debemos ser conscientes de que la compra online, además de generar menos trabajo, conlleva mayor contaminación por el transporte de paquetería a domicilio, razón por la cual si optamos por este tipo de compras sería recomendable no comprar libros de uno en uno -si es posible concentrar nuestras compras, por ej., una vez al mes- y también si es posible recibirlos en un punto de recogida como Correos. Podemos comentar, además, que la carestía y escasez de papel ha tenido como una de sus causas fundamentales el aumento de la venta online en general por la necesidad de dedicar a los embalajes de cartón buena parte de la materia prima que antes iba para otros productos.
– Otra cuestión en la que podemos colaborar es no siendo esclavos del efecto novedad. Es obvio que la calidad de los tebeos publicados no guarda relación con el hecho de que acaben de ser publicados (aplíquese esto a otro productos culturales como el cine, la producción televisiva, etc., así como a casi todo lo demás: moda, noticias…), por lo que si compramos con criterio, buscando la calidad y apoyando las buenas ediciones, estaremos contribuyendo a disminuir la vorágine casi absurda de novedades y reediciones que rige en el mercado editorial, que se basa hoy en día en una producción inasumible por el mercado, que acaba perjudicando a casi todo (grandes stocks que hay que saldar por falta de ventas, derroche medioambiental, dificultades para las librerías…). Pensemos en lo que ocurre con las series de TV y lo entenderemos rápidamente.
– Hay ediciones que resultan más baratas y rentables (mejor relación n.º de páginas/precio). Entre éstas podemos citar muchas ediciones recopilatorias o integrales, que aunque suelen ser más lujosas suponen un ahorro con respecto a comprar tomos más pequeños. Las ediciones de bolsillo y de tapa blanda son también más económicas, y no por tener un formato más barato han de ser malas (podemos cuidar nuestros libros y hacer que se conserven bien aunque no sean ediciones de lujo: VER y VER). A este respecto, si compráramos más para leer y menos para coleccionar favoreceríamos que se editase en formatos más económicos e incluso que no se cancelasen series y colecciones por falta de ventas, como a veces pasa. De todas formas si el coleccionismo es una parte importante del mercado, y lo es, no hay nada que objetar sobre ello, simplemente se echan en falta más ediciones económicas (compárese, por ej., con lo que encontramos en el mercado italiano: ediciones en general más económicas).
– Como hemos dicho antes, hay tebeos que se publicaron hace un tiempo y mantienen el precio más bajo que tenían hace unos años. Optar por títulos no tan recientes hoy es más fácil, al poder localizar gracias a internet en qué librerías se encuentran.
– Podemos hacer más uso de las bibliotecas, sugiriendo a éstas que compren más cómics. Si realmente comprueban que un tipo de fondos se demanda más no dudarán en adquirir más títulos de ese tipo. Esto, además, también ayudará a las ventas y hará, por otro lado, que las propias editoriales y distribuidoras promocionen sus publicaciones con ofertas y sugerencias para las bibliotecas (públicas, escolares…), cosa que ahora apenas hacen.
Algunos ejemplos de cómics que tienen un buen precio pueden ser los siguientes:
– Si te gusta el cómic de superhéroes o quieres hacer un regalo a alguien es posible que te apetezca tener las primeras aventuras en las que aparecieron tus personajes favoritos. Sin embargo, si tampoco quieres hacer una colección inmensa y cara que recopile años y años con las series completas, puedes adquirir los tomos Marvel 75 Años: La Era Clásica (t. dura, 696 págs.) y Marvel Héroes. Marvel 75 Años: La Era Moderna (t. dura, 701 págs.), que puedes obtener por menos de 30 euros.
– El recopilatorio integral de Bone (Jeff Smith) es ya un clásico indiscutible y sí, son 45 euros, pero hay tienes ¡las casi 1400 págs. de toda la serie! Hay bastantes publicaciones así en diferentes géneros. Las ediciones recopilatorias de Conan el bárbaro (en sus diferentes series: Conan Rey, Conan la leyenda…) suelen ser muy rentables aunque hay que tener en cuenta que se agotan al cabo de un tiempo. Es verdad que éstos son tomos algo incómodos de manejar a veces pero sin duda resultan rentables para el comprador.
– ECC publica en su colección DC Pocket títulos clásicos de DC Comics. Son libros más pequeños en tapa blanda y con un precio bastante ajustado (9,95 eu.) para que quien quiera leer estos clásicos no se quede sin ello por cuestión de precio.
– Puede parecer una obviedad pero… comprar buenos cómics hará que nos resulte más rentable la inversión. Es mucho más probable que releamos (sana costumbre), prestemos a familiares o amigos de confianza e, incluso, llegado el caso podamos revender obras de calidad contrastada. En cambio, las lecturas de temas o géneros que simplemente están de moda, las secuelas de títulos de éxito o que salen para aprovechar la fama de ciertos personajes (youtubers, deportistas…), ciertas series de TV o películas,… material de consumo pasajero, por así decirlo, es menos interesante. Podemos acudir a bibliotecas o a otros formatos más económicos (como el digital) para estos materiales y dejar nuestros dineros para lo que merece la pena atesorar.
– Los coleccionables por fascículos o tomos solo suelen ser buena idea si te interesa de veras la mayor parte de lo que se va a publicar en una colección y si no tienes ya algunos de esos títulos. Salvo que sea así, puede que lo que parece barato acabe no siéndolo. Esto pasa con casi cualquier colección -digamos- «prefabricada», donde se mezclan títulos buenos con otros que no lo son tanto y donde a veces la variedad es escasa.
– Comprar cómics en otros idiomas tiene varias ventajas y una de ellas es el precio (VER y VER). Dado que en otros países (por ej. los anglosajones) el precio del libro no está regulado, es fácil encontrar ofertas a precios muy ajustados. Si de paso aprovechamos la posibilidad que nos ofrece este medio para aprender otros idiomas (ayuda de las imágenes, el lector marca la velocidad, facilidad para ver y comparar títulos cuya cantidad y dificultad de texto podemos escoger en función de nuestro nivel…) podemos encontrar beneficios interesantes por este camino.
– Editoriales como Astiberri, por poner un ejemplo, van editando sus cómics también en formato digital, de esta forma resultan económicamente más accesibles y -esto es importante- quedan disponibles también para que sean prestados por bibliotecas digitales (una línea de negocio que algunas editoriales apenas han explorado) como Librarium o eBiblio Extremadura. La disponibilidad y disfrute en digital en ocasiones conduce a la compra en papel cuando una obra ha gustado mucho. Algo parecido es lo ocurrido con PANEL SYNDICATE, una editorial online de la que ya nos hablaron en su momento Pablo y Mon (VER), que tiene la particularidad de ofrecer las obras de sus autores por la voluntad, es decir, cada cual paga lo que estima oportuno (…si quiere) y, además, están disponible en varios idiomas (entre ellos el español, el inglés, el portugués, el catalán,…), con lo que estamos de facto ante cómics bilingües. En ella se han publicado obras destacadas como The Private Eye o Universe!, donde han participado autores españoles como Marcos Martín o Albert Monteys. Su calidad ha hecho que algunas de ellas se estén publicando ya también en papel, en inglés y en español.
En fin, todo sea por promocionar la lectura y nuestro criterio para elegir (¡muerte al algoritmo! ¡vivan las personas!) y con ello intentar recuperar esas horas que, cada vez en mayor medida, parece que no nos pertenezcan. Si nuestras obligaciones ya nos marcan buena parte de nuestra vida, no dejemos que los que hacen dinero con nuestra atención (aplicaciones, redes sociales, TV bajo demanda…) nos roben más eso que más vale y no tiene precio, nuestro tiempo; que no es otra cosa que, al fin y al cabo, nuestra vida.
Una curiosidad: https://www.europapress.es/cultura/libros-00132/noticia-10-comics-mas-caros-historia-20160326102823.html
Abrazos
Antonio Roguera
Del informe anual sobre la industria del cómic en España que elabora Tebeosfera:
https://www.tebeosfera.com/documentos/la_industria_del_comic_en_espana_en_2020_y_2021.html
