EXTREBEO

Roberto Alcázar y Pedrín # 01

Bueno, bueno, quien más quien menos ha leído sobre ellos o ha escuchado hablar entre susurros de estos dos héroes del tebeo español más clásico: Roberto Alcázar y Pedrín. Y escribo «entre susurros» porque parece que queda horrible reconocer no sólo que los leíste, sino que los relees y te gustan. Sucede otro tanto con el gran tebeo clásico de la época: El Guerrero del Antifaz, del inconmensurable Manuel Gago. Los lectores moderniquis que se mean de gusto en sus pantoloncitos de los domingos con las chorradas de Frank Miller son los que luego vienen a acusar de fascistas a estos otros héroes… Sin haberlos leído, por descontado, que opinar es gratis. Y vale, que reflejan el sentir y el pensar de una época, que sí, pero no sólo los de los habitantes del Pardo, sino también los del españolito de a pie, esos niños que luego los repudiaron al crecer. Aunque no todos lo hicieron, por supuesto.

Yo llegué a ellos en las reediciones en formato vertical de los 70, aquéllas que retocaban y remontaban las páginas originales, tan denostadas por los puristas con razón, en una época en que ya los vendían de saldo a mitad de precio. Pero qué queréis, yo les tengo un cariño inmenso.

Roberto Alcázar y Pedrín fueron creados por el guionista Juan Bautista Puerto y el dibujante Eduardo Vañó. Y cito de la wikipedia, de la entrada que podéis consultar completa aquí: «La mayoría de los guiones fueron realizados por José Jordan Jover, antiguo comandante del ejército republicano que había sufrido la represión del régimen franquista». ¡Buh!

De Roberto Alcázar se decía que su físico había sido modelado a imagen y semejanza de José Antonio Primo de Rivera, cosa que de haber sido cierta hubiera molestado sobremanera a Franco, lo sabéis. A mí, la verdad, me da un aire más a Rock Hudson. Pero sobre todo, a mí a quien se me parece DE VERDAD es a Elvis Presley. Juzgad vosotros mismos:

En estas dos primeras aventuras tenemos como malvado de pro al terrible y despiadado doctor Leyva. Vaya nombre para un malo, todo sea dicho. Parece el nombre del que nos atiende en la seguridad social. En fin. Aventuras más que entretenidas con raptos, piratas, fantasmas chinos, antros de perdición bonaerenses, resueltos con el habitual proceder de nuestros héroes: garrote y tentetieso. Algo muy criticado, no es para menos, pero que si se lee sin prejuicios da para echar unas buenas risas. Mirad, mirad esta viñeta tan políticamente incorrecta, jeje:

También asistimos al primer encuentro entre Roberto y Pedrín, éste un polizón en el transatlántico Neptunia al que Roberto adopta. Cómo no, en esta relación se vería también una connotación homosexual, como si eso fuera malo, lo cual de ser cierto hace impensable que éste fuera el tebeo abanderado del régimen. A ver si sus detractores se ponen de acuerdo…

El dibujo de Vañó es rígido, algo estático, pero de un encanto demodé incuestionable. Si, además, nos ofrece secuencias tan divertidas como ésta, la cual el mismo Hergé llevaría a la perfección en el álbum de Tintín Los cigarros del faraón, pues que más podemos pedir:

Estos cuadernillos ofrecían en contraportada historietas de humor. Aquí incluyo las dos de este número. La primera es una aventura del personaje Miky Pórrez, de Sifré, acompañado por su ayudante Paton y el perro Rin Rin Rin. Un acercamiento al clásico de Arthur Conan Doyle más inteligente y divertido que el bodrio ése de película que nos ha endosado el ex-novio de Madonna.


Y para el final, unos chistes de fugas de Palop (gracias por la corrección, Tomás). Junto al precio original, 30 ptas., podéis ver, marcado con bolígrafo, lo que a mí me costaban: 15 pesetas. ¡Una ganga!

Sin más por hoy, un saludo de vuestro detestado espectro: Llosef.

8 comentarios

  1. Pues se agradece mucho el artículo, sobre todo porque siempre se está hablando de los japoneses y los americanos y ya era hora de hablar de algo más clásico. Yo leía y leo al Guerrero del antifaz,al Capitán Trueno, al Jabato al corsario de hierro y compró lo poco que sale nuevo (aunque sean reediciones) y echo de menos artículos como este más a menudo.

  2. Gracias Arturo Machín por esta aportación didáctica del dúo dinámico de los cómics en naftalina. Y muy completo con profusión de material gráfico…

  3. Bienintencionado Sr. Llosef, un servidor opina que el literato José Jordan Jover luchó en el bando equivocado y eso le torturó sobremanera y purgó sus pecados creando unas historias de las que se sintió orgullosísimo por aportan tantos grandes valores a la Patria.
    Me alegra saber que vd. se alimenta, aparte de temas de miedo de medio pelo, de buenas lecturas españolas que le harán avergonzarse del resto de su colección.
    La faz de Roberto sólo es comparable a un Jesucristo bien peinado y rasurado, donde Pedrín tendría las funciones de un San Pedro aunque con unas facciones más allegadas al San Juan Evangelista.
    El ARTE de Vañó todavía no se ha superado en verismo y contemporaneidad. En la vida real no hay contorsiones ni posturitas marcapaquetes, estimado Llosef.
    Por último, no entiendo lo de las risas y las críticas al garrote. Todo está justificadísimo y así nos va ahora con tanta mano blanda suelta en este país. Las risas para los chistecillos del final, que tendrían una función relajante ante tal despliegue de acción y buenas historias de las páginas precedentes.

  4. Y gracias a Iconos, ahora se pueden leer en condiciones las páginas de Talot y Miky Pórrez en grandote pinchando sobre ellas. Y la portada, lo mismo.

    ¡Para la siguiente espero resultar menos torpe!

  5. Hello.

    Ahora que se ve en un tamaño aceptable, estoy seguro de que no es Talot, es Palop, que dibujaba también en Pumby.

    Tiene entrada en la wikipedia, buscando José Palop Gómez.

  6. Gracias por la aclaración, Tomás. Ya he corregido la entrada. He mirado otros números y, efectivamente, la firma está clara: PALOP. No sé por qué siempre he leído Talot…

    También he añadido el nombre del dibujante de Miky Pórrez, Sifré (Francisco Sifré Pardo). Publicaba en las revistas Pumby y Jaimito…

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