Volvemos esta semana a la vieja Europa con uno de los títulos más reconocibles y reconocidos del cómic franco-belga.
Natacha es uno de los exponentes fundamentales de la BD más clásica y el primer personaje femenino de importancia en una época en el que el mercado del tebeo franco-belga estaba copado por héroes masculinos como Spirou, Astérix o Tintín. Protagonista de su propia colección de álbumes, Natacha se convertirá pronto en el espejo en el que futuras heroínas se fijarán para tomarla como modelo.
Creación del gran dibujante belga François Walthéry para la revista Spirou, la intrépida y encantadora azafata de vuelo Natacha ha deleitado y emocionado a generaciones de lectores en todo el mundo. Siempre acompaña de su fiel compañero, el auxiliar Walther, cada vuelo en el que Natacha se embarca es una puerta a la aventura, llena de suspense, intriga y humor.
El mundo de Natacha se mueve dentro de las Aerolíneas Bardaf (una expresión belga que significa caída), donde trabaja como azafata de vuelo. Esta profesión le permite viajar por todo el planeta y sirve como excusa para plantear historias de todo tipo y visitar lugares exóticos donde correrá multitud aventuras. Desde secuestro de aviones, pasando por aventuras en el Lejano Oriente o la selva amazónica, así como argumentos más de ciencia ficción o policíacos, Natacha siempre se ha movido como pez en el agua haciendo uso de su intelecto y sentido común así como de sus sinuosas curvas para conseguir sus fines.
Su creador, François Walthéry fue uno de esos jóvenes prodigiosos cuyo talento se manifiesta a edad muy temprana. Su maestro fue el gran Peyo (creador de Johan y Pirluit y Los Pitufos), en cuyo estudio entró a trabajar a la edad de 17 años. Walthery sentía un gran placer en dibujar personajes femeninos llenos de sugerentes curvas y entre las obligaciones propias de su trabajo en el estudio de Peyo, llenaba hojas y hojas con bocetos de figuras femeninas en todo tipo de poses. A partir de esos esbozos iniciales, Yvan Delporte, uno de los responsables de la revista Spirou, le anima a que cree un personaje femenino siguiendo la estela de esos dibujos, ya que a la revista le hacía falta una serie que tuviera como protagonista a una mujer. Cogiendo como modelo a una amiga de la infancia, Walthéry presenta a su personaje estrella de grandes ojos y es asistido por el guionista Gos para perfilar los guiones de la que sería la primera aventura de Natacha. Juntos, presentan esas primeras páginas a Peyo, que se enamora del personaje y quien los lleva a presencia del mismísimo editor Charles Dupuis, quien también cae rendido a los pies de Natacha.
A partir de aquí, Natacha comenzará a aparecer seriada en la revista Spirou en 1970, convirtiéndose pronto en uno de los ejes fundamentales de la misma y pasando a publicar sus historietas en formato álbum. Con más de veinte títulos en el mercado, Natacha sigue deleitándonos con sus rocambolescas aventuras por todo el mundo.
Dolmen Editorial recoge en este primer volumen integral los primeros cuatro títulos de la serie, Natacha, azafata de vuelo; Natacha y el Majarajá; Un momento de pánico y La memoria de metal. En estas primeras entregas podemos ver la evolución gráfica del personaje, pasando de un primer título donde el desarrollo gráfico de Walthéry es aún deudor de su maestro Peyo, con personajes más infantilizados, a las siguientes, donde desarrolla más su estilo con una grafía más personalizada y un dominio absoluto de las curvas femeninas, dotando a Natacha de un cuerpo escultural que hizo las delicias de muchos prepúberes de la época.
Natacha, todo un clásico del cómic europeo y una experiencia gozosa de la que se podrá disfrutar íntegramente en España (donde llegaron unos pocos títulos a mediados de los 80) gracias a la recopilación de Dolmen. Unos volúmenes que guardarán un lugar privilegiado en la tebeoteca de todo gran admirador de la BD que se precie de serlo.