Enmarcada dentro del sello Elseworlds (esa idea que DC sacó hace años para contar historias fuera del universo oficial), Batman: Nueve vidas, nos lleva a un género en el que el murciélago se mueve como pez en el agua, el policíaco.
Dean Motter (Mister X, Terminal City) escribe una historia llena de grises y sombras, como debe ser en el género noir. Plantea como inicio y argumento central el asesinato de Selina Kyle, aquí descrita como una mujer de la noche, en el sentido más sórdido del término. La muerte de Kyle no deja de ser una excusa para llevar la acción a donde quiere el guionista, es decir, establecer un claro homenaje a las novelas de Hammet, Spillane o Chandler y utilizando el variopinto elenco de personajes batmanianos con este fin.
Ese es uno de los aciertos de esta obra. Usa los elementos clásicos del universo de Batman para construir una historia policíaca donde todos los personajes presentados tienen verdades ocultas y, aunque no use las descripciones clásicas de los villanos, sí nos presenta, a través de sus diálogos y emociones, la personalidad de los mismos, haciéndolos prontamente reconocibles.
Selina Kyle es la dueña del principal nightclub de Gotham. Local por el que pasa toda la socialité de la ciudad, criminales, políticos, hombres de negocios. El argumento se inicia con el descubrimiento del cadáver de Selina por parte de Batman, en las cloacas de Gotham. Sin embargo el peso de la historia no la lleva el justiciero enmascarado, sino Dick Grayson, aquí presentado como el clásico detective, expolicía, derrotado y alcohólico. Grayson se toma el caso como un asunto personal, ya que fue uno de los amantes de Kyle y las investigaciones le llevan a deshilar una maraña de corrupción que salpica a los principales políticos y empresarios de la ciudad, con los criminales de los bajos fondos.
Todo el que es alguien en Gotham ha pasado por la cama de Selina Kyle, y ha tenido sus razones para asesinarla. Ocasión que Motter aprovecha para presentarnos los personajes y sus motivaciones. Joker, Mr. Freeze, el Pingüino, Killer Croc, Harvey Dent y el mismísimo Bruce Wayne (hasta un total de nueve, de ahí el título) son sospechosos del crimen. Una historia que juega con todos los elementos del género, pero que los usa espléndidamente y nos aporta una obra de aspecto clásico.
Michael Lark (Terminal City, Gotham Central) establece un estilo gráfico perfecto para la historia presentada. Grandes masas de claroscuros, usando luces y sombras magistralmente. El aspecto visual de los personajes difiere del que estamos acostumbrados habitualmente, pero es perfecto para este género. También hay una cuidada recreación del vestuario, los decorados y la ambientación de la época, recordemos que se desarrolla en una Gotham de los años 40. Un estilo, que a mi parecer, guarda muchas similitudes con el del Mazzuchelli de Año Uno.
Finalizando, Batman. Nueve vidas es una obra muy cuidada tanto en el guión como en el dibujo y la edición (cuenta con un formato en apaisado que le va como anillo al dedo), que entretiene y se disfruta tanto por el aficionado habitual del personaje, como por cualquiera que quiera acercarse por primera vez al universo del hombre murciélago.
Jesús Bravo
Un comentario
Espléndida reseña, amigo Jesús. Desde luego éste sí dan gana de comprárselo. Con el añadido de que Batman es uno de mis personajes fetiche.
Enhorabuena por esta segunda entrada, y deseoso de seguir leyendo las siguientes.