Miguel no era un viejo amigo. De hecho haría como dos años que nos conocíamos. Pero en ese breve tiempo conectamos estrechamente. Compartíamos muchas cosas. Él también era un madrileño renegado que “huyó” al campo con su familia buscando una vida mejor. Luego, como yo, descubrió que el campo no era una arcadia feliz. Que por vivir entre robles e higueras la vida no se hacía más fácil.
Aparte de nuestra condición de neorurales compartíamos un amor: los tebeos.
Y fue gracias a nuestra Asociación, Extrebeo, que nos conocimos. Se puso en contacto con nosotros y asistió a una asamblea con su pinta de Bob Marley enrollado. Desde el primer viaje que hicimos juntos en el coche se evidenció nuestra empatía. Hablábamos animadamente de tebeos y de esto y de aquello. En dos o tres veces que nos encontramos yo ya tenía claro que había hecho un nuevo amigo. Cosa que no resulta tan fácil cuando uno ya va teniendo una edad.
Miguel, aparte de ser lector de tebeos, era un gran historietista, un autor completo que se desenvolvía muy bien con el humor. Campo difícil donde los haya.
Al poco de conocerle ya me contó que tenía cáncer. Y eso fue otra cosa que me admiraba de él. Hablaba del tema con naturalidad, con soltura incluso. Sin dramatismo ni autocompasión.
Cuando empezó con el calvario de la quimioterapia desaparecieron sus rastas y su bigote pero no su buen talante, ni su actitud vital y positiva. Nuestra amistad se fue estrechando a medida que él iba desdibujándose. Mantenía la esperanza aunque su cuerpo no quería seguirle en su optimismo.
La última vez que le vi hablamos de la muerte. Me sorprendió al revelarme que era un admirador de los toros. Supongo que no me lo había dicho antes porque hoy en día no está bien visto ser taurino.
“Es el único espectáculo donde la muerte está presente, me dijo. Sentada en la plaza esperando a llevarse su tributo.”
Y sí, Miguel, la muerte está siempre presente, no solo allí en el coso, también en la vida diaria, por mucho que nos empeñemos en ignorarlo.
Gracias por haber sido mi amigo y por haberme permitido conocerte y compartir tu gran humanidad. Nos vemos.
Gol
Presidente de Extrebeo.
2 respuestas
Un placer conocerle, abrazos!
Coincidí con él en el Instituto, recuerdo su eterna sonrisa y la facilidad con que armaba sus historietas. Me enseñó a dibujar chicas, ….patrón que después he repetido en muchas ocasiones. Descansa en paz.