Muchas veces, cuando pensamos en algo con una larga historia detrás, nos olvidamos de poner su creación en su contexto. Por ejemplo, hoy en día muchos consideramos que las muñecas Barbie son el cénit del sexismo dirigido a los niños. Sin embargo, cuando se creó en 1959 (copiando, por cierto, a una muñeca alemana basada en un personaje de cómic) fue todo un adelanto feminista: Era la primera muñeca adulta con la que podían jugar las niñas que ejercía profesiones diferentes a la de madre o ama de casa. Hablamos de una época en la que en la mayoría de los USA (y aquí) las mujeres al casarse tenían que dejar su trabajo a no ser que tuvieran un permiso firmado de su marido. Varios años después, en 1992, llegó el derribo definitivo del feminismo de Barbie con la Barbie parlante, que decía frases tan igualitarias y modernas como “¡Vámonos de compras!”, “¿Tendremos alguna vez suficiente ropa?” o la que levantó más polémica: “La clase de matemáticas es un rollo”.
En fin, volviendo a lo nuestro: Ningún personaje tendrá un origen tan decididamente feminista como Wonder Woman, de DC. ¡Y eso que fue creada por un hombre y en 1941!
¿Pero quién era ese hombre y cómo surge la verdadera Princesa Diana?
Detrás del nombre Charles Moulton que firmaba los primeros guiones se encontraba William Moulton Marston, licenciado en derecho por Harvard, doctor en Psicología por la misma universidad e inventor. Como profesor e investigador universitario se centró exclusivamente en el campo de la psicología, especialmente en cómo las emociones afectan al cuerpo, lo que dio a que inventara el primer detector de mentiras, que después introduciría en el cómic en la forma del “Lazo de la verdad” de Wonder Woman. En 1928 escribió un estudio en el que exponía que las actitudes sexuales consideradas por entonces “anormales” (homosexualidad, fetichismo, sadomasoquismo, etc.) no solo eran normales sino que estaban fijadas en el sistema nervioso. William Moulton estaba casado con Elizabeth Holloway Moulton, psicóloga y por supuesto feminista, y ambos tenían una relación poliamorosa con Olive Byrne, antigua estudiante de William y sobrina de una de las militantes feministas más importantes de la historia de los USA, Margaret Sanger, pionera de la planificación familiar. Juntos los tres tuvieron 4 hijos (dos de cada una de las mujeres) y Olive y Elizabeth siguieron juntas después de la muerte de William. Si alguien hacía preguntas indiscretas Olive era la cuidadora de los niños.
Olive escribía en una revista sobre familias y en varios artículos entrevistaba a William como experto psicólogo infantil. Uno de ellos, “Don’t laugh at comics”, fue el inicio de Wonder Woman. Este artículo, en el que el psicólogo hablaba del potencial del cómic como medio, llamó la atención de Max Gaines, editor jefe de lo que posteriormente sería DC, que le contrató como consejero y más tarde le pidió que creara un nuevo superhéroe. William Moulton se basó en sus dos mujeres y de ahí surgió la Wonder Woman que todos queremos y que va a tener su primera película en breve, solo unos setentaipico años después de su creación.
La superheroína que crearon era un icono de lo que el feminismo representaba para William Moulton, que consideraba a las mujeres superiores a los hombres y creía que un gobierno de las mujeres sería más justo y mejor. Así pues creó a una superheroína con poderes similares a Superman (aparecido unos años antes y modelo a seguir) pero que generalmente vencía con los poderes del amor y la compasión, elementos que Moulton consideraba casi exclusivo de las mujeres. Por si no la conocéis os diré sus rasgos más destacables: La Princesa Diana de Themyscira es una morena de pelo largo (como Olive Byrne), procedía de Isla Paraíso, una isla ideal en la que solo viven mujeres. Por eso utilizaba expresiones como “¡Suffering Sappho!” (en realidad un homenaje a la pasión de Elizabeth por la poetisa). Superfuerte, veloz y casi invulnerable sus principales armas eran unos grandes brazaletes metálicos con los que podía para balas (brazaletes muy similares a los que llevaba Olive) y el lazo de la verdad, un lazo que si te atrapaba te impedía mentir. Este lazo enlaza con otra caracterísitica de Wonder Woman:
Si es atada por un hombre no se puede liberar. Así que todas sus primeras aventuras están llenas de lazos, cuerdas, cadenas, etc. Hay quien dice que es una metáfora de las cadenas que ataban (y atan) a las mujeres, pero yo creo más en la teoría más simple: A Moulton le iba el bondage cosa mala.
De hecho parece que en sus guiones sus únicas aportaciones técnicas al dibujo eran el tipo de nudos y cómo debía ir cada cuerda en las escenas en cuestión.
El feminismo, por otra parte, estaba siempre presente en los guiones de Moulton, de forma sutil o no sutil: La mujer fuerte que salva al soldado, el soldado enamorado de la superheroína y no de su alter ego más discreto y “femenino”, el mundo ideal del que proviene que es un paraíso por la ausencia de hombres, viñetas como esta, etc.:
Desgraciadamente Moulton murió poco después de su creación, en 1944, y al mismo tiempo desapareció el feminismo de Wonder Woman. Como dijo alguien “Desapareció el lazo y aparecieron un buen par de tetas”. Ya antes de que William Moulton muriera la Princesa Diana había sufrido el machismo en sus carnes de papel cuando pasaba por otros autores por algún motivo. Por ejemplo, aunque ahora Wonder Woman es considerada parte de la Santa Trinidad de DC (Junto a Superman y Batman), cuando entró en la Liga de la Justicia le dieron un puesto adaptado a sus poderes y capacidades: SECRETARIA
En fin, lo voy a dejar aquí. Espero que esta historia nos haga reflexionar un poco sobre cómo han cambiado los roles de género en la literatura y MUCHO sobre cómo no han cambiado los roles de género en la literatura. Y si no, aquí lo dejamos sin más como una anécdota, otra pequeña historia en el mundo del cómic. Hasta la semana que viene.
EXCELSIOR!
3 respuestas
Sorprendente paseo histórico por un personaje que, a partir de un momento dado, ha parecido siempre como un secundario poco conocido. La verdad es que mueve a risa (por lo absurdo y obvio de dicho cambio de personalidad) ver cómo, una vez fallecido su creador, las mentes de la industria transmutaron a la superheroína feminista en elegante florero. Muy interesante, Mon. Saludos.
Gracias por ilustrarnos un poco más, Mon.
Gracias por ilustrarnos un poco más, Mon.