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9 respuestas
Genial, Pedro. Llega la hora de romper el discurrir del tiempo. ¡Va a nacer una realidad alternativa! O no…
Estás hecho un maestro. Me encanta.
A ver si vamos hilando un final coherente.
Bueno, creo que el final de esta peculiar historia se acerca, y si me lo permiten, añado que estamos en el camino de darle una conclusión mas cerrada de lo que pudiera parecer hace unos meses. Todo (o casi todo) empieza a cuadrar y promete un desenlace espectacular.
La página de Camello, genial.
Por fin un autor a la altura de las circunstancias. Este Pablo Camello promete.
Dios mío, ¿Parrón Iconos?, ¿eso qué es?, ¿el resultado de una unión blasfema?.
En serio chicos, algo como "Parrón Iconos" no puede existir, es más, no debe existir por el bien de la Humanidad…
Por lo demás gracias por los inmerecidos piropos, señores, a ver si entre todos le damos un fin digno a esta estimulante pesadilla.
Pero a mi me sigue pareciendo raro la entrega 24 de Aguilera en medio. Hay solo un Matias? o hay un Matias bueno (el nuestro de toda la vida) y un Matias malo con la nariz operada? Es q no le veo continuidad. A parte la tira de Camello está genial, tengo ganas de ver el desenlace.
Alberto, la tira que hice iría como la 23, ya que el autor correspondiente no dio señales de vida hasta la misma tarde en que había que ponerla, y no podíamos dejar una semana sin cadáver. Al llegar "in extremis", se crea una paradoja.
De todas formas, mi Matías está dentro de la continuidad fijada por Casares y Barroso…
Y creo que Borja y Pedro han toreado con gracia el asunto, asimilando ambas historias.
A ver, donde está el Punset de turno, que nos haga una explicación en búlgaro de todo esto.
Si, hace falta aclarar realidades paradojales cronologico-elípticas!!!!…
H R L D A T L
Yo no sé explicar paradojas ni paranoias ni los extraños meandros que ha seguido esta historia. Lo que sí puedo decir, o más bien hacer, es… alabar el guapo homenaje, o guiño, a Sin City que el señor Pedro Camello se ha marcado: ese -como suele decirse- glorioso blanco y negro con el toque rojo. ¡Un aplauso!