Nueva recomendación de Pablo a Mon, en este caso de un clásico del cómic hispanoamericano: “Ciudad”, obra de dos destacados historietistas argentinos: Ricardo Barreiro (Buenos Aires, 1949-1999) al guión y Juan Giménez (Mendoza, 1943) al dibujo. Se trata de una obra que se fue publicando por capítulos en Italia (en el semanario LancioStory) y España (en la revista Comix Internacional), a partir de 1982; en 1991 la célebre editorial Toutain reunió la obra completa en dos volúmenes (de 96 páginas cada uno); posteriormente se han llevado a cabo diversas reediciones, siendo la más reciente la de Astiberri, en 2015, en tomo integral.
La narración comienza presentándonos a Jean, un joven hastiado de su vida rutinaria: su trabajo le resulta tedioso, la relación con su novia hace aguas, el día a día del hombre moderno que, en fin, no parece conducirle a ninguna parte. Así, tras una discusión con su pareja decide volver caminando hasta su apartamento, para tratar de reflexionar en ese paseo nocturno y reordenar su vida… pero el paseo se alarga cada vez más, hasta el punto de que se encuentra en una parte de la ciudad que no conoce, que parece, y que de hecho es, distinta del lugar donde vivía. Se ha perdido para aparecer, como otros, en una nueva e inmensa construcción urbana sin límites, donde tendrá que afrontar multitud de situaciones y circunstancias para sobrevivir. Pronto conoce a Karen, otra “náufraga” en la ciudad, que le acompañará en su transitar por ese espacio inhóspito en busca de una salida que, cuanto más avanza la obra, menos esperanzas albergan de encontrar.
A partir de ese planteamiento distópico la obra se desarrolla en un total de doce capítulos autoconclusivos donde, a la par que nos narran las aventuras sin tregua de Jean y Karen en la opresiva ciudad, los autores aprovechan para realizar numerosos guiños y homenajes a personajes, obras y mitos de la imaginería colectiva (en sus páginas podemos encontrar claras referencias a Borges y a Bioy Casares, junto a personajes de Lovecraft y a otros seres fantásticos como el flautista de Hamelin, Drácula, el Hombre-Lobo o el Eternauta; viviremos un nuevo Diluvio Universal o nos internaremos en un engañoso Jardín de las Delicias…), y para experimentar con diversos géneros narrativos (el género fantástico se entremezcla en la obra esencialmente con la aventura, la acción y la ciencia-ficción, sin faltar referencias al relato bélico o incluso al Western).