Ciertamente en este país somos muy dados a alabar lo foráneo y, a menudo, esta actitud se complementa con el olvido o al menos la minusvaloración de nuestros propios valores. Hablando de cómic, un ámbito cultural ya de por sí bastante marginado, las consecuencias de este «complejo de inferioridad» se vuelven casi trágicas ya que desaprovechamos nuestros talentos en gran medida al negarles por pura incultura una salida profesional decente, sobre todo para poder disfrutar con más frecuencia de sus trabajos.
Valga esta reflexión para presentar a uno de los mejores autores de nuestra región… y nos quedamos cortos, y para que nadie se extrañe de que un talento como el suyo no tenga mayor reconocimiento… porque no lo tiene el medio con el que se expresa, el cómic. Pedro Camello (Cáceres, 1974), si bien comenzó en el mundo de la animación, dio el salto a los cómics allá por 2003 «con My uncle Jeff para Alternative comics, pequeño sello estadounidense, obra que fue ¡nominada al premio Eisner! al mejor número único en ese mismo año. A éste le siguió la serie limitada de tres números A sort of homecoming, también para Estados Unidos. Al mismo tiempo se publicó en España, por Aleta, la trilogía de álbumes de temática fantástica Treyes, que fue nominada al premio al mejor dibujo Expocomic, y la obra compuesta por varias historietas Guido el negro.» (Tebeosfera). Posteriormente han venido otras obras, algunas de las cuales hemos comentado ya en nuestros programas, como Cruz Negra, una serie que pide a gritos una continuación, y Martín Álvarez; y más recientemente un 2º tomo de Guido el Negro, espectacularmente coloreado por Esteban Navarro (El Capitán Extremadura…). A esto deberíamos sumar «El sabio mudo» (ed. Galbana) y el spin-off/precuela de «Cruz Negra» titulado «Julián» (Grapa!).
El estilo de Pedro nos recuerda de entrada al utilizado en la animación, muy expresivo y con un toque cartoon. Sin embargo, en muchas de sus obras esto no supone un obstáculo para tratar temas adultos ni para salir airoso en escenas de acción y violentas, en las que demuestra verdadera maestría al reflejar el dinamismo de los personajes. Se nota su conocimiento de las armas medievales.
El género histórico (Cruz Negra, Martín Álvarez), así como sus aledaños de la fantasía heroica (Treyes, Guido el Negro), son la especialidad y el gusto personal de Pedro, destacando en ello la Edad Media. Ya sea como autor total, ya sea como dibujante que interpreta guiones ajenos, es apuesta segura que una obra en manos de Pedro tendrá, entre otros, dos ingredientes seguros para el lector: entretenimiento y aprendizaje. En casi todas sus obras tiene la buena costumbre de incluir extras en forma de comentarios, bocetos y notas que justifican las decisiones tomadas en la obra y aportan conocimientos.
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Un comentario
Me ha gustado e interesado este artículo. Valoro el signo de exclamación al mencionar la categoría del «palmarés», por así decir, de este artista, al que conozco bastante. Me gustaría añadir, como dato curioso, que su «El sabio mudo» fue story-board para la realización de un cortometraje de ficción con el mismo título «El sabio mudo», disponible en la red. Del valor conjunto de ambas obras pueden dar fe, o no, a juicio del lector y espectador, la edición conjunta que en su momento se hizo, en formato papel y en formato, creo recordar, CD vídeo ??, encefalonadas conjuntamente, que se vendieron en tales fechas y se distribuyeron en varias librerías y otros lugares interesantes del cómic o TBO de entonces, como el añorado y ya cerrado rincón en esquina a la derecha bajando de la parte antigua hacia la Plaza Marrón, y otros tantos, que se fueron al «rincón de los puntos de venta de cómic o tebeo olvidados» de la preciosa capital cacereña. En fin, pues por lo largo del comentario quizás no pueda publicarlo, felicitar otra vez por el bien escrito elogio al autor de este artículo, al artista elogiado por su obra, etc., etc. Un cordial salud y ¡salud! y «¡que el cielo no caiga sobre nuestras cabezas, por Tutatis!» …